Wednesday, June 13, 2012

Naranjo



Una tarde de Junio

de sueños y quimeras

con el viento del dorado crepúsculo

se mecían somnolientas las pálidas

estrellas, mientras que el plácido río

suavemente acunaba

reflejo envejecido

de un naranjo dolido.



Un aroma de olvido perfumando

va la tarde y las piedras del camino,

es la sombra de un recuerdo, que indómito

se niega a quedarse en el abandono

de un aciago sepulcro y negra tierra.



Sin embargo aun te miro

viejo naranjo mío;

soberano, orgulloso

con tu brillo azafranado, ofreciendo

tus frutos al cansado peregrino

tantas tardes de dorados estíos

y en tus ramas se mecian

sensontles en sus nidos.



Si, aun te recuerdo, viejo amigo mío

cuando el aroma de tus azahares

perfumando iban, mis sueños de niño

arropado en los brazos de mi madre.





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