La tarde ya llega y toca mi puerta
en aires de ayer, nerviosa e inquieta
despeina olvidos, historias ya muertas
y deja el alma vacía y desierta
de falsa modestia, hiriente cadenas
libera y rompe con la cruel condena
de andar por el mundo halando tristezas
que atan el alma con tanta pobreza.
La tarde paciente mitiga heridas
que ensangrentadas amargan la vida
y arden y calan cual braza encendida
tras fortalezas vacías, fingidas
Más llega con calma, y el alma arropa
con sábanas blancas pretege y cuida
y soberana la vida galopa
por nuevas senderas desconocidas.
La tarde ya llega, nerviosa inquieta
más yo la consuelo con mi alma abierta.
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© Madrigal. Poema Registrado.
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