Al llegar la alborada de horas cansadas
La alarma aviva en la casona olvidada
Las penas que inquietan a la triste sombra
Campanas y luces, voces que pregonan
La nueva marea, mañanas de angustias
Que al alma sepultan en lozas de arenas
Su miedo lo oculta tras viejas cortinas
de negro silencio, tristeza y penumbras
Esperanza ahogadas en mares vacios
Las cuatro paredes encierran recuerdos
De tiempos lejanos, de amores fallidos
evocando historias sin versos, sin fecha
Segundo a segundo, momento a momento
se gastan las horas, que nadie atesora
muere a destiempo la sombra del poeta
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© 2012, Madrigal
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