La suave melodía
de la luz matutina
de dorada esperanzas ilumina
solitaria y nostalgica mañana
Que en dulce reverencia
silenciosa atestiguo
de la selva esmeraldada inocencia
su despertar en un índigo abrigo
Cerrando los ojos sin más conjuro
la curvatura y secretos antojos
en los montes desnudos
de tu cuerpo junto al mio tembloroso
Mientras brota el deseo
perenne y caprichoso
en la jungla de infinito horizontes
donde nace el misterio de nosotros
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© 2012 Madrigal
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