En la luz hepática
de una bombilla débil, ambarina
contemplo yo mi vida
con la fria indeferencia que los años
sin querer va otorgando.
Resucitan cenizas de recuerdos,
de una prosa ordinaria
que soñara ser verso
de noble y linguistico lineaje.
Sin querer, sin pensar
Una lágrima escapa
misma que escondiese con vergüenza
mil horas de melancólicas lástimas
hoy dejo terminar su trayectoria
liberando patética condena.
Con tan insignificante insolencia
Dejo atrás compromisos
elusivos, prescritos.
En la noche que finalmente llega
emprendo sin hipócrita modestia
el resto del camino.
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© 2012 Madrigal
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