Pobre niña lloras tanto
La rapiña, las mentiras
la injusticia y el despojo
de tus dones, tus tesoros.
Érase tarde de gran llamarada
de un sueño infertil sin un horizonte
que muere a orillas del Aqueronte
donde la sangre era pauta y espada
Érase tarde, de olvidos perdidos
en donde el silbido de un viento herido
consuela la madre que llora al hijo
que siendo inocente se hizo caudillo
Érase tarde de noche enlutada
penas que claman con sed de justicia
mudos sepulcros sin nombre, sin marca
Secuela del crimen,solo estadísticas
que anegan en llanto humildes moradas
ingenuas victimas de la avaricia.
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© 2012 Madrigal
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