La caricia prohibida, lenta, húmeda
la que provoca el pensamiento inquieto
que incita con frescura
el deseo demente
de uno labios de seda
recorrer con tersura
la vertiente sediente
de mi espacio indiscreto.
La caricia prohibida, tan mía
que deseo dormida
despierta o en silencio.
la que sabe a pecado
a cuerpos degastados
sudorosos, salados
que suave se desliza
de mis piernas cobrizas
a tus dedos tiranos
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© 4 July, 2012. Madrigal. Poema
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