Saturday, October 13, 2012

Negro olvido



Sabe a olvido el día,

con su languidez torva

e insinuante apatía

de ausencias sigilosas,

desgarra el alma mía

largas y ávidas horas

de callada agonía

donde un recuerdo mora.



Mis manos están vacías, mi pecho doliente

y ese olor a olvido! me sofoca lentamente.



Errante, incierta, penante y umbrosa

mi alma vaga por entre las tumbas;

buscando el consuelo, la amada sombra

de un amor puro que una fosa oculta.



Para, para! brutal sepulturero

que cada golpe de tu pala clava

una astilla, una daga aquí en mi pecho

y a mis fuerzas, impávida a quebranta.



Mas no para, ni mis ruegos escucha,

y la tierra cruel y hambrienta se traga

mi sollozo quejumbroso y mi angustia

y en silencio, en silencio todo acaba.



Ya no hay esperanzas, el lirio duerme

ya no es más de este mundo sus quereres,

y en mis brazos ya no yace su frente

ni sus sueños, ni su aroma inocente.



Oh Dios de los hombres! piedad yo imploro

mirad como sufre mi alma de pena

Por qué si escuchas, silente te quedas?

Por qué del amor el tiempo hace polvo?



Se ha ido, lo sé y negarlo no puedo,

pero aquí! en mi alma, mi pecho y mi vientre

aún palpita el sagrado recuerdo

de este amor ajeno a ausencia y muerte.



Y pasa el tiempo en su luctuosa marcha

las horas marcando en sangre y espinas

y todo acaba, todo se termina

mas no esta angustia que llevo guardada.



Perdida en mi pena y aciago infierno

una caricia yo siento de pronto

Y moja el sepulcro un rocío agosto,

los cielos también lloran por los muertos.





____________________________________
© Madrigal. October 13,2012.
Todos los derechos reservados.

No comments:

Post a Comment