Sunday, October 14, 2012

Murria



Una solitaria plaza, una fuente vacía,

una calle desierta y en una rama seca;

la tarde perezosa, lentamente se estrecha,

despeinando añoranzas del día que termina.



El cielo techado de azuladas golondrinas

recoge en sus brazos, argentas melancolías;

que henchidas en llanto, silentes caen rendidas

en la solitaria plaza, en la fuente vacía.



Que soledad tan grande, que soledad tan fría

mojando va calles y la tarde que agoniza;

cual silente sombra cruel, que sus garras afila

en la noche oscura y en esta pobre alma mía.



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© Madrigal, October 14, 2012.
Todos los derechos reservados.
*Painting by Roman Garassuta.

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