Sunday, August 17, 2014

IX





Hermosa era la sombra de su pelo,

que dulce acunaba mi lacio pecho,

mas mi ángel con gran inquietud sospecho

soñaba siendo ser luz de otro cielo.



Sus diáfanas alas ¡oh beso en vuelo!

sedientas buscaban perdón y olvido

en la penumbra de mi aciago nido

que de amor sabía solo desvelo.



Y esa noche de extraviada locura

dos estrellas bajo una noche en celo

agotaron la soledad oscura



que el miedo agitaba en su andar en hielo.

Y al fin! al fin libres! dianas figuras

mi ángel y yo gustamos del consuelo.


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©Madrigal, 15 August 21014.

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