La nostalgia de aquel beso lejano
enamorada aún sigue en su recuerdo;
mientras que tristes gotas de rocío
en la blanca aurora encendidas brotan,
como si en su alumbramiento callado
velaran esa espera dolorosa.
Un silencio, sus mustias notas toca
en las campanas de un tiempo olvidado
y azuladas gaviotas en mi pecho
lloran, al oir su lamentar herido,
como hipan las espinas en la rosa
de tanto ansiar el roce de una mano.
En la noche, un aroma gris y extraño
enternecido abrazando va un sueño,
que en soledad el camino ha perdido;
y en el manto de su etérea sombra
lentamente se abandona en sus brazos
como se abandona al mar la lacia ola.
Y este pobre, pobre corazón mío,
que del amor esperó la dulce hora
y callar en su edén todo reclamo
que avivaron tus labios en mi boca;
fenece en crepúsculos sin destellos,
fenece en un lecho de pardas hojas.
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© Madrigal. December 13, 2013.
Todos los derechos reservados.
*St George Hare, Black Butterflies.
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