Entre blancas gaviotas
de soledad y espanto;
sobre furiosas aguas de grises quebrantos
mi vida, mi alma en sus olas vagan,
buscando en su espuma la sombra amada
y la caricia breve de unos labios santos.
Yo que fuí de tus velas el viento más manso,
la quietud aquella
de tus tormentas al alba;
el dulce consuelo de tus naufragos sueños
y el silencio ahogado de febriles anhelos;
hoy solo soy el áspero eco
de gélidos vendavales.
Oh navegante de mi encarnecidas horas,
ilusión primera de mis mansos años,
que triste me sabe
tu recuerdo en mi llanto;
que triste se escuchan
tus lejanos pasos!
En el acantilado de mis desventuras;
tu retrato se quiebra en mil pedazos,
hundiendose en el lecho
de mi desesperanza;
y un hondo dolor a mi pecho embarga
y unge mi cuerpo en cáliz amargo.
Oh si supieras mi amado amante,
que a solas marchitan mis noches y días
y que en loca carrera
de derrotas y fracasos
no encuentro ni puerto, ni barca, o estrella
que a tus brazos me lleve,
me lleve a descansar de esta aciaga pena!
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© Madrigal. December 12, 2013.
Todos los derechos reservados.
*Michael and Inessa Garmash
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