La madre con infinita ternura
Le dice adiós a su creatura
Sus secos pechos el dolor denuncia
La ausencia de la luna en sus brazos
Su llanto no es llanto, solo un gemido
Que en la inmensidad de su infierno
Se pierden en árida vestidura
Y es que de dolor también no se llora
Solo se siente, se siente en carne propia
Como un dolor de parto con olor
A muerte, a muerte recién nacida
Que desgarra la infértil entrañas
De una tierra por todos olvidada
Inocente ángel, naciste muerto
Bajo un cielo de esperanzas desierto
Entre nubes de indiferencia humana
Que arropara tu frágil cuerpecito
Fue tu cuna y también fue tu mortaja
Adiós pequeño, que en tu nuevo mundo
Encuentres vida, paz y consuelo
Que tu madre te seguirá a los cielos
~NEM
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©2011 Madrigal
Poema Registrado. Todos los derechos reservados. Se Permite la reproducción citando al autor
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